Francisco Luis Urquizo se unió en 1911 a la Revolución mexicana en su natal Coahuila a las órdenes de Emilio Madero; al triunfo del maderismo, se incorporó a la Guardia Presidencial de Francisco I. Madero, luchando a su lado durante la Decena Trágica. A la muerte del presidente Madero, se evadió de la Ciudad de México y combatió a la usurpación huertista en el Ejército Constitucionalista al mando de Venustiano Carranza, organizando un batallón de zapadores con voluntarios de la región carbonífera de Coahuila, con el que atacó y derrotó en Candela a la guarnición federal al mando del célebre dragón José Alessio Robles (8 de julio de 1913); participó en la toma de Torreón y en el ataque a Monterrey con la División del Norte.
Recibió el grado de General de Brigada en 1916; fue sucesivamente comandante de la Escolta del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, comandante militar del Puerto de Veracruz, de la Ciudad de México y Jefe de las Operaciones Militares en el Estado de Veracruz; organizó y tuvo a su mando la División Supremos Poderes, fundó la Academia de Estado Mayor, germen del actual Heroico Colegio Militar. Siempre leal a Carranza, frente a Francisco Villa y la Convención primero, y a Álvaro Obregón y sus partidarios cuando éste se sublevó contra el gobierno, enarbolando el Plan de Agua Prieta; ya como secretario de Guerra y Marina (1920), combatió a los insurrectos que amagaban los trenes en que se retiraba el gobierno, abandonando la Ciudad de México hacia Veracruz, en los combates de Apizaco, Rinconada y Aljibes; tras la derrota en éste último poblado y el posterior asesinato del presidente Carranza en Tlaxcalantongo, Puebla el 21 de mayo de 1920, fue encarcelado junto con los generales Francisco Murguía, Francisco de Paula Mariel y Juan Barragán en la prisión militar de Santiago Tlatelolco; al ser liberado optó por exiliarse en Europa; fue durante el exilio que comenzó su fructífera obra literaria, que daría obras tan significativas del género como Tropa Vieja.
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